La Sagrada Escritura, la Liturgia viva de la Iglesia, la oración del corazón, la doctrina de San Máximo Confesor y los Padres de la Iglesia, el recogimiento en soledad y silencio, la piedad y el trabajo físico, la compañía docente de la Virgen María, la belleza de la creación van estimulando la escucha de Su voz, el nacimiento y el despertar de la fe en Cristo Resucitado.
En el Centro Diocesano San Máximo Confesor, experiencia de desierto, las modalidades de hospitalidad pueden ser: una experiencia guiada y gradual de 7 días, donde el alojamiento es siempre individual, con un huerto personal circundante, con importantes tiempos de soledad, con trabajo físico e intelectual, con disposiciones de tiempo, celebraciones y encuentros guiados y acompañamiento personal. La otra modalidad de alojamiento consiste en un tiempo más amplio de permanencia en soledad y silencio, con el apoyo de participación libre en la vida comunitaria del Centro, y que se realiza sólo después de haber vivido las tres primeras experiencias de soledad.
Quien quiere una cosa lucha por adquirirla. Entonces, de todos los objetos buenos y deseables, Dios es incomparablemente el mejor y el más deseable. ¡Cuál ardor debe por tanto ser el nuestro, por adquirir este bien en sí bueno y deseable!
SAN MÁXIMO CONFESOR, Cap. de car. I, 18.
La caridad nace de la libertad interior; la libertad interior, del aguardar deseoso en Dios; el aguardar deseoso en Dios , de la paciencia y la longanimidad; estas, del vigilante dominio de sí mismo, el dominio de sí mismo, del temor de Dios, y el temor de Dios, de la fe en Cristo.
SAN MÁXIMO CONFESOR, Cap. de car. I, 2..